Etimológicamente: la palabra hijo proviene del latín "filius" con el mismo significado. Su étimo está completamente relacionado con el latín "felix" (feliz) y con "felare" (amamantar, proveniente de "la que amamanta", entendiéndose por la que cría y educa.
Legalmente: Descendiente en primer grado de una persona. De la relación paterno-filial se deriva una larga serie de derechos y obligaciones, algunos de los cuales afectan exclusivamente al concepto padre (o madre, en su caso) e hijo.
A partir de esto también podemos destacar una definición muy acertada formulada por el Premio Nobel de Literatura, el señor José Saramago, quien define hijo de la siguiente manera:
"Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje.
Sí. ¡Eso es!
Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.
¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo... EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.
Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos".
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